TRABAJAR EN TIEMPOS DE COVID
- Cris Hidalgo
- 8 dic 2020
- 2 Min. de lectura
Caída sin precedentes de la población activa
Cuesta abajo y sin frenos. La tasa de actividad en España se desploma a un ritmo vertiginoso desde el inicio de la pandemia. La Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2020 revela un descenso histórico de la fuerza laboral en nuestro país. No ha sido ninguna sorpresa, pero, aun así, resulta doloroso.
La tasa de actividad, que venía siguiendo una línea de crecimiento negativo desde el año 2003, es, según el Instituto Nacional de Estadística, las más baja desde ese año (un 55,5% menor).

El número de parados solo ha engrosado sus filas en 55.000 trabajadores; sin embargo, esta realidad no es la más preocupante. Más de un millón de personas, inicialmente dentro del grupo de población activa, han migrado de manera forzosa hacia el conjunto de inactivos. Un millón de personas que “ya que no han podido buscar trabajo activamente”. Como consecuencia, la tasa de paro no se ha visto –en la teoría– tan drásticamente afectada (el 15,3% de la población activa). En la práctica, la situación es bien distinta.
No podemos obviar que, además de los “activos inactivos”, la pandemia y el confinamiento han puesto de manifiesto una nueva realidad que ha trastocado también los valores de población activa. Según la EPA, aproximadamente 2,83 millones de trabajadores se han visto afectados por los famosos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, más conocidos como ERTEs. He aquí otra incongruente disonancia. Aunque los trabajadores en ERTE han visto reducidas sus jornadas laborales y, sobre todo, su salario, siguen contando como población ocupada.
Teniendo en cuenta que parte de los ocupados están o estaban en situación de ERTE, el total de personas realmente en activo es de apenas 13,9 millones. En otros términos, solo un 35,1% de la población en edad de trabajar (16 años y más).
Más allá de la destrucción de empleo, de las cifras oficiales y oficiosas de parados y de la cantidad de personas afectadas por los Expedientes de Regulación de Empleo, si en algo se ha dejado notar el efecto de la pandemia, ha sido en el número de horas trabajadas. El número total de horas efectivas trabajadas ha caído un 22,6% trimestral en el segundo trimestre de este fatídico 2020.

Es la primera vez desde 2014, que la tasa interanual de la ocupación se sitúa en el intervalo dígitos negativos (-6%). En términos de paro, Espala se sitúa en el peor segundo trimestre de los últimos ocho años. Debemos retroceder hasta mediados del año 2009, en plena crisis económica, para encontrar una tasa más negativa.
Con una tasa de paro claramente maquillada y subestimada, una destrucción de empleo sin precedentes y un creciente grupo de forzados inactivos, el Producto Interior Bruto (PB) se ha visto mermado en un 18%, dejando a España en una situación adversa sin precedentes.
¡Esto ha sido todo por hoy! Nos leemos pronto. Mientras tanto, podéis echarle un ojo a mis redes sociales.
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