Abuela, ¡la biodiversidad!
- Cris Hidalgo
- 15 dic 2020
- 3 Min. de lectura
El término ‘biodiversidad' está compuesto por las palabras ‘bio’ (vida) y ‘diversitas’, que en latín significa variedad.
El concepto biodiversidad hace referencia a las diferentes formas de vida que podemos encontrar en la Tierra: ecosistemas terrestres, aéreos y acuáticos que evolucionan y se interrelacionan constantemente, aunque ello implique “la extinción de algunas especies y aparición de otras nuevas”. Hay ecosistemas más complejos que otros en función del número de especies que forman parte de ellos y del lugar en el que se encuentren. La selva, por ejemplo, es el entorno que mayor diversidad biológica posee por excelencia, debido a sus condiciones climáticas: la humedad y la calidez posibilitan que una amplia gama de formas de vida pueda crecer y reproducirse allí.
La biodiversidad es el conjunto de todos los seres vivos del planeta y, por tanto, nosotros –la especie humana– también somos parte de ella, junto a todas los animales, plantas y organismos vivos existentes.

Actividades como la caza o la pesca furtivas, el comercio ilegal (tráfico) de especies, la alteración por parte del ser humano de los hábitats naturales o la contaminación de agua, aire y suelo se han convertido en una amenaza persistente para la biodiversidad, sin que seamos conscientes de hasta qué punto estos factores pueden alterar la vida terrestre tal y como la conocemos. La biodiversidad es de vital importancia no solo para la vida, sino también para la supervivencia de la naturaleza.
“La Madre Naturaleza es sabia”. Si, por algún motivo, ocurre un cambio ambiental que perjudicial para cualquier especie, a modo de compensación siempre habrá otra que resulte beneficiada. Es así como la naturaleza se mantiene y se regenera desde el origen de los tiempos. El caso más paradigmático es, sin duda, el de los dinosaurios. Aunque se extinguieron, otras muchas especies fueron capaces de resistir ante esas mismas circunstancias, permitiendo que la vida siguiera su curso con pequeñas variaciones que nos han traído hasta el presente.
Está en mano de todos cuidar a la biodiversidad. Pequeños gestos como reutilizar y reciclar materiales, mantener nuestro entorno libre de residuos, ahorrar recursos o respetar el hábitat natural de las distintas especies harán del mundo un lujar mejor y más fácilmente habitable para todos: animales, plantas y organismos de cualquier tipo.
VIVIR LA BIODIVERSIDAD:
MUSEO NACIONAL DE CIENCIAS NATURALES.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) inauguró en marzo de 2012 una exposición permanente de alrededor de mil metros cuadrados sobre la biodiversidad, en el ala de ‘Biología’ de sus instalaciones. El objetivo de esta exposición es, como indican desde el propio Museo, “dar a conocer el concepto de biodiversidad y sensibilizar a los visitantes acerca de su importancia y la necesidad de su conservación”. Para ello, ha resultado fundamental el trabajo de científicos –más de una docena– del MNCN, de la Sociedad de Amigos del Museo (SAM) y de la Fundación Biodiversidad.

La exposición está estructurada en torno a tres pilares. En primer lugar, se explica qué es la Biodiversidad y cómo se distribuye y manifiesta a lo largo y ancho del mundo. El siguiente paso es explicar los “distintos niveles en que apreciamos la Biodiversidad, desde la de los genes hasta la de los ecosistemas”. Finalmente, a través de dos salas contiguas, se ofrece una visión panorámica de ‘La Biodiversidad fruto de la Evolución’ y de la ‘Extinción’, como parte fundante e ineludible de la misma.
¡Esto ha sido todo por hoy! Nos leemos pronto. Mientras tanto, podéis echarle un ojo a mis redes sociales.
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